¿Qué pasaría si tu tipo de sangre fuera tan raro que solo lo compartieras con el 1% de la población? Este es el caso del grupo sanguíneo AnWj-negativo, un fenotipo extremadamente poco común que ha sido descifrado por investigadores de la Universidad de Bristol. Este hallazgo no solo resuelve un enigma científico de más de 50 años, sino que también tiene implicaciones significativas para la medicina transfusional y la genética.

El antígeno AnWj se conocía desde 1972, pero su origen genético había permanecido en la sombra hasta ahora. Gracias a la secuenciación del exoma completo, una técnica que analiza el ADN que codifica proteínas, los científicos descubrieron que el grupo AnWj-negativo está causado por la deleción (pérdida de un fragmento de ADN) del gen MAL en ambos cromosomas homólogos. Este gen es responsable de producir la proteína MAL, que está ausente en las personas con este raro grupo sanguíneo.

Según el estudio, más del 99.9% de la población es AnWj-positivo, lo que significa que expresa la proteína MAL en sus glóbulos rojos. Sin embargo, aquellos con el fenotipo AnWj-negativo carecen de esta proteína, lo que los hace únicos y, al mismo tiempo, vulnerables en situaciones médicas críticas.

Secuencia de ADN

¿Por qué es importante este descubrimiento?

Hasta ahora, los sistemas de clasificación sanguínea más conocidos eran el ABO y el RH, que determinan los tipos de sangre A, B, AB y O, cada uno de los cuales puede ser positivo o negativo. Con este nuevo hallazgo, el panorama se amplía, sumando un nuevo grupo sanguíneo a la lista.

Pero, ¿qué implica esto en la práctica? Para las personas con el grupo AnWj-negativo, recibir una transfusión de sangre que contenga el antígeno AnWj podría desencadenar una reacción inmunológica grave, incluso mortal. Por ello, identificar a este pequeño grupo de individuos es esencial para garantizar su seguridad en procedimientos médicos que involucren transfusiones. Este descubrimiento no solo resuelve un misterio científico de larga data, sino que también tiene aplicaciones prácticas inmediatas. Los investigadores destacan que este avance permitirá mejorar los protocolos de transfusión sanguínea, reducir riesgos y tratar casos de incompatibilidad sanguínea con mayor precisión. Además, abre nuevas vías de investigación para explorar cómo la proteína MAL influye en otros procesos biológicos y su posible relación con otras condiciones médicas.

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